2 de junio

Estuve leyendo las entradas de hace años y los comentarios de los pocos amigos que llegaron a leer mi blog.

¡Qué vergüenza lo que escribía! Pero a la vez, qué simple e inocente, y qué bonito poder recordar momentos de la vida con perspectiva, no me arrepiento de haber sido transparente al expresar lo que pensaba y sentía.

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¡Y cómo hemos cambiado! Hemos crecido, hemos sufrido, hemos reído, sanado, aprendido, vivido, pero sobre todo nos hemos transformado. (Nosotros, el Cor de hace años y el Cor de hoy).

¿Soy mejor o peor que antes? No pude evitar preguntarme eso mientras leía y recordaba al Cor de hace una década.

No lo sé, no está en mí decirlo, incluso la visión de mi propio ser está sesgada. 

No me impresiona haber madurado en algunos aspectos de mi vida, más bien me parece increíble aún sentirme lejos de tener la respuesta a preguntas que me hacía hace 10 años; en ese entonces imaginaba que para la edad que tengo ahora ya lo tendría resuelto.

Pero conforme pasa la vida voy descubriendo cada vez que es más compleja y por ende más hermosa de lo que pensaba.

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Encontré un borrador de algo que escribí la noche en que Mariana me terminó cuando me pidió “un tiempo”. También otro borrador de un mensaje que me envió Rebeca hace tanto. Decidí publicarlos, así como la nueva entrada de hace un rato, de todos modos nadie lee esto, y si lo leen no hay problema.

Tenía también otros borradores en blanco pero con títulos, esos he decidido eliminarlos porque los títulos no me decían nada, quizás no estaba inspirado realmente o tal vez estaba muy ocupado.

¿Qué será peor?

¿Estar demasiado ocupado como para escribir o no tener inspiración para hacerlo?

Justo ahora no me siento realmente inspirado, pero creo que me estoy permitiendo sentir y expresar por este medio. ¡Qué dicha! ¡Bendito blogger! Y bendito Facebook que nos mantiene distraídos lo suficiente como para no recordar este espacio sagrado de internet.

Eso me recuerda a la saturación de sabor, que puede arruinar una comida. Y la forma en que nuestros platillos favoritos suelen serlo en parte porque no los comemos con tanta frecuencia.

En fin…

Algo que no me queda claro, creo que no escribo mejor que hace 10 años, no lo sé…